Martha Tagle
La institucionalidad del régimen mexicano se instauró e incentivó con cañonazos de dinero

Martha Tagle es politóloga y feminista. Fue Senadora suplente en la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión y entró en funciones en dos ocasiones de agosto de 2015 a marzo de 2017; y de enero a agosto de 2018, destacando su participación en los procesos de designaciones públicas​ y la aprobación de las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción. Actualmente es diputada federal por el partido Movimiento Ciudadano y forma parte de las comisiones de Salud, Puntos Constitucionales, y Gobernación y Población. Fue docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En el año 2016 fue galardonada con la Medalla Omecíhuatl, por su trayectoria política a favor de los derechos de las mujeres.


Ethos: ¿Cómo afecta la corrupción a las mujeres, específicamente?

Tagle: Cuando hablamos de corrupción política, afecta muchos temas, programas y servicios. Si estamos pensando que la corrupción tiene una vertiente relacionada con los temas de salud, con medicamentos, tenemos que revisar cómo impacta la vida de las mujeres en ese sentido. ¿Tienen las mujeres mayor dificultad para acceder a ese servicio? ¿Necesitan palancas, conocidos? Por otra parte, está el manejo clientelar que se hace de los programas, tienen una vertiente de corrupción y muchos de ellos están dirigidos a las mujeres. La corrupción también genera pobreza y esta, a fin de cuentas, está feminizada en nuestro país y en muchas partes del mundo.

E: ¿Cuál debe ser el papel del Congreso en la lucha contra la corrupción?

T: La legislatura pasada hizo un esfuerzo muy importante empujado por la sociedad civil que fue la configuración del Sistema Nacional Anticorrupción. Me parece que además de que el Sistema quedó incompleto, no hubo un seguimiento puntual a su implementación. El Congreso tiene un papel muy importante en ello, en terminar su implementación, pero me parece que sí hay un abandono y se ha pasado a un discurso mucho más pragmático en el sentido de que la corrupción se limpia de arriba hacia abajo.

E: Usted propuso la creación de un Consejo Fiscal…

T: Nos parece que hay temas que no se pueden abordar desde una postura política, sino con criterios técnicos, porque estamos hablando del precio del petróleo, la base sobre la cual se va a presupuestar la paridad peso-dólar, y muchas veces el ingrediente político termina modificando las proyecciones para dar una bolsa de presupuesto que no necesariamente es la más real. Entonces, el Consejo Fiscal lo pensamos como un órgano total y absolutamente autónomo que nos permita tomar decisiones de política económica, presupuestal, con bases enteramente técnicas.

E: ¿Qué piensa de quienes dicen que la declaración 3 de 3 pone en riesgo a los funcionarios?

T: El riesgo por inseguridad y violencia está para todos los ciudadanos que hay en este país y nosotros, que hemos optado por una carrera pública, pues tenemos la obligación de transparentar nuestros bienes. Es necesario, porque la mayor parte de lo que se genera dentro de nuestro patrimonio viene de recursos públicos, y si bien en algunos casos también tendrá un origen privado, necesitamos rendir cuentas a la ciudadanía.

Tenemos que pensar como legisladores en cómo estamos aportando para que esta inseguridad se acabe, en lugar de protegernos nosotros por adelantado.

E: En 2018, Rosario Robles vino a la Cámara de Diputados y dijo que tenía solo una casa en Coyoacán, pero después fue inhabilitada por mentir en su declaración patrimonial, ¿cómo mejorar este formato de las comparecencias?

T: Sí, definitivamente me parece que el actual formato no nos lleva a ningún lado, las comparecencias se convierten en un asunto de show político, no van más a fondo. Para eso se supone que las comisiones legislativas tienen trabajos relacionados con varias de las dependencias de gobierno, lo que implicaría un trabajo permanente, y no este formato de comparecencias que se convierte en una picota pública que no significa transparencia y rendición de cuentas.

E: ¿A qué tipo de presiones se enfrenta un legislador en la lucha contra la corrupción?

T: Yo soy una legisladora que nada debe, nada teme y además nada tiene. No tengo nada que perder en ese sentido y eso me da mucha libertad, no he tenido ningún tipo de presión, pero por lo mismo: al ser una persona transparente en sus ingresos, no tengo ningún cargo de vicecoordinadora y por tanto no me pueden quitar nada legislativamente hablando.

Los grupos parlamentarios encuentran maneras de disciplinar a sus legisladores, usan el tema de las subvenciones, mayores condiciones para trabajar, vehículos, recursos para operar, incluso el tema de los viajes y mandarte de comisiones a diferentes lugares, son maneras de premiar o de alejarte de un tema.

E: ¿Cuál debería ser el papel de la sociedad civil en la lucha contra la corrupción?

T: Yo creo que tiene que ser mucho más activo, dándole seguimiento a todo el Sistema Nacional Anticorrupción. En algún momento tuvimos el caucus anticorrupción, un grupo de legisladores que tenía en su agenda el combate a la corrupción, donde establecíamos temas a seguir y junto con las principales organizaciones de la sociedad civil que se dedican a trabajar este tema, establecíamos agendas que nos permitían darle seguimiento a todo lo que nos corresponde en el Legislativo para el combate a la corrupción.

E: Usted fue académica de la UNAM, ¿cuál puede ser el origen de la corrupción en México desde la perspectiva de las ciencias sociales?

T: Sin duda es un asunto sistémico. Se ha querido plantear como un asunto más de tipo de cultura política de los mexicanos, pero me parece que las estructuras están hechas por todos lados para corromper. El propio régimen que se instauró en nuestro país tuvo como incentivo para generar la institucionalidad los recursos, el tema de los cañonazos de dinero viene de esa instauración del régimen mexicano para empezar a funcionar. 

Es un asunto estructural, por eso son de mucha importancia las leyes y lo que se genera desde ellas a nivel estructural. Muchos nos hemos preguntado por qué a un mexicano que aquí se estaciona en un lugar donde no debe y que da mordidas a un oficial, si lo pones en Estados Unidos no hace lo mismo. Eso, evidentemente, sucede porque allá hay un sistema que va a sancionar cosas indebidas, que funciona y que además, es sencillo.

Es verdad que también se ha generado una [cultura] política, pero no es anterior. No es la cultura política la que genera la corrupción, sino las estructuras que han permitido que tengamos personas no proclives al seguimiento de las leyes.