Sophie Arjon Schütte
Se necesitan medios libres y una sociedad que no tema levantar la voz

Como resultado de años de trabajo en la Comisión de Erradicación de la Corrupción de Indonesia, Sofie Arjon Schütte ha identificado muchos elementos necesarios para acotar las prácticas indebidas de los funcionarios públicos como autonomía y presupuestos suficientes para las instancias anticorrupción. Ahora, como líder del grupo de trabajo del Centro Anticorrupción U4, del Instituto Michelsen en Noruega, Schütte también identifica prácticas engañosas de gobiernos que afirman querer combatir la corrupción.


Ethos: ¿Cuáles son los elementos mínimos que requiere un país para una lucha eficiente contra la corrupción?

Schütte: Sabemos por experiencia que la democracia y las instituciones democráticas no son necesarias para combatir la corrupción, ahí tenemos ejemplos como Singapur y otros países con aproximaciones descendentes, con esquemas top-down. Si un gobierno es realmente serio y está lo suficientemente comprometido en combatir la corrupción, entonces supongo que funcionará por sí mismo.

Generalmente podemos asumir que, por la naturaleza de la corrupción, son aquellos en el poder los que pueden ser corrompidos, entonces es poco probable que exista una voluntad política para hacer algo sobre la corrupción. En estos casos sí es necesaria una vigilancia externa, así como medios abiertos y libres, y una sociedad civil que no esté temerosa de levantar la voz en contra de la corrupción. Una sociedad civil informada es muy importante, una combinación de libertad de acceso a la información y medios de comunicación que puedan reportar abiertamente lo que está sucediendo en el país.

También, por supuesto, si un gobierno tiene un verdadero compromiso para combatir la corrupción, existen las instancias de vigilancia interna que puedan generar un equilibrio de poder, como un sistema judicial independiente, autónomo, vigilante de lo que estén haciendo otras ramas del gobierno. Un Poder Legislativo autónomo e instituciones internas del Poder Ejecutivo como instancias de vigilancia y fiscalización que tengan acceso a la información de lo que está haciendo el gobierno internamente. 

E: ¿Qué importancia tiene la transparencia para las iniciativas de combate a la corrupción?

S: Yo creo que es muy importante, es una condición necesaria si tienes un gobierno corrupto que no está dispuesto a hacer nada para cambiar. Pero probablemente no es lo único necesario, porque tener el derecho a la libertad de expresión no necesariamente motiva a la gente a alzar la voz ni a actuar.

Es por eso que organismos de la sociedad civil de vigilancia juegan un papel importante en organizar cualquier tipo de acción y en generar reportes. Gracias a las investigaciones que se han realizado sobre las distintas iniciativas de combate a la corrupción, como la Iniciativa de Gobierno Abierto (Open Government Initiative), se sabe que solo hacer accesible la información no es suficiente. La mayoría de las veces es muy importante que cuando los gobiernos divulguen información, sea en un formato que pueda ser analizado fácilmente, como, por ejemplo, entender la propuesta para un presupuesto.

Simplemente divulgar información no es suficiente, el derecho del acceso a la información no es suficiente, pero en definitiva es un elemento necesario.

E: ¿Qué rol tienen los medios de comunicación en este propósito?

S: Si los medios son propiedad de solo una o dos compañías en el país, también se corre el riesgo de que actúen en contubernio con el gobierno en el poder y eso es muy problemático. Por ese motivo el internet juega un papel tan importante para facilitar el acceso a la información por distintas vías a la población, le permite hacer escuchar su opinión. 

En ese sentido las oportunidades han cambiado; se pueden difundir reportajes en sitios de internet pero eso viene con otro reto, porque también hay mucha información falsa circulando (aunque eso no es un elemento particularmente relacionado con la corrupción). Estamos viviendo momentos en los que se debate cuál es un hecho y cuál no. 

E: Usted advirtió que existen estrategias políticas para fingir una voluntad para combatir la corrupción, sin querer realmente obtener resultados, ¿cómo funciona esto?  

S: Una forma como los gobiernos han actuado es creando una comisión anticorrupción, dar señales de que quieren atender el problema de la corrupción sin realmente querer hacerlo. La forma para lograrlo es no destinar un presupuesto adecuado para su operación. Eso mismo aplica para el Poder Judicial. 

Sabemos que, de manera deliberada, a algunas instituciones [los gobiernos] las mantienen con una correa muy corta al no proveerles de recursos suficientes. 

Yo tengo mucha experiencia en Indonesia, ya que durante el régimen de [Haji Mohamed] Suharto esto estaba instituido, y de manera deliberada a los funcionarios se les pagaba muy poco; entonces ellos tenían que ver la manera de hacerse de recursos adicionales únicamente para hacer su trabajo, no solo para poder tener los ingresos suficientes para proveer a su familia, sino incluso para mantener la operación de sus oficinas y su personal. Entonces la corrupción estaba instituida y el presupuesto puede ser una herramienta para orillar a una institución a cometer actos de corrupción.

Para que funcione, los recursos destinados a esa instancia y los salarios de su personal deben ubicarse por encima del promedio en ese sector del gobierno, en parte para compensar los riesgos que enfrentan, pero también para reducir la posibilidad de que exista corrupción por necesidad, que no haya ningún motivo para corromperse. Sin embargo, el solo hecho de aumentar salarios no reduce automáticamente la corrupción. 

Si existen instituciones infestadas con corrupción, la gente no dejará de recibir sobornos automáticamente solo porque les están pagando más, también se necesitan mecanismos de vigilancia interna.

E: Además de presupuestos suficientes, ¿qué otros elementos son necesarios para obtener resultados en la lucha contra la corrupción?  

S: Yo trabajé en la comisión anticorrupción de Indonesia y realicé mi tesis doctoral en la Comisión de Erradicación de la Corrupción. Creo que en el centro de las estrategias eficientes para la lucha contra la corrupción está preservar la autonomía de sus recursos humanos, así como gozar de autonomía presupuestaria una vez que se le destinen los recursos necesarios para su funcionamiento.

En Indonesia, la Comisión instituyó un sistema muy transparente de tabulación de salarios con buenos pagos en los niveles base, con prestaciones para transporte y bonos de buen desempeño. También implementaron requisitos muy específicos para el ingreso de personal y metas esperadas a cumplir, que mantenían a través de tarjetas de registro de resultados con indicadores principales de desempeño, no sólo a nivel organizacional sino en toda la administración. 

Ese fue un cambio muy importante en la manera de trabajar de todo el servicio civil en Indonesia. Antes los salarios base eran demasiado bajos, y si bien había laberintos de bonos a los que podían acceder los funcionarios públicos, eran muy poco transparentes.

E: ¿Qué tan importante es analizar los modelos de éxito en el combate a la corrupción en un país para implementarlos en otro?

S: El copiar y pegar legislaciones de otros países casi nunca funciona. Claro que todos podemos buscar buenas prácticas, estrategias que han funcionado, pero también tenemos que ser muy conscientes de los factores contextuales. 

Es bueno saber algo que funcionó en un país, pero necesitas conocer su situación para poder evaluar si vale la pena importar una estrategia. Por ese motivo, los trasplantes legales nunca o casi nunca funcionan y por eso creo que cada vez está sucediendo menos.

Si observas, las agencias anticorrupción que existen en el mundo no son iguales, tienen distintas atribuciones y obligaciones, y aunque tiene sentido apegarse a ciertos principios, todas pueden reconocer la importancia de entender el contexto local.